¿Qué es la cal y cómo se forma?
Es un término por el que conocemos todas las formas físicas en las que puede aparecer el óxido de calcio (CaO),básicamente es un mineral que se encuentra disuelto en el agua.
Pero para poder hablar acerca de cómo se forma la cal, lo primero que debemos hacer es hablar sobre la dureza del agua.
El agua calcárea, o agua dura, es aquella que contiene una gran concentración de iones minerales, esencialmente sales de magnesio y calcio, por el contrario, las aguas blandas son aquellas en las que apenas se aprecia una concentración de estos elementos.
En lo referido a las aguas duras, cuando estas se secan o evapora, el residuo que queda es el carbonato de calcio (cal), de manera que si tienes depósitos de cal en tu cafetera o cualquier electrodoméstico, es probable que tengas un problema de “agua dura” en casa.
En adelante, os dejamos un gráfico en el que podréis observar la calidad del agua que hay en España en función de las provincias:
¿Qué problemas para la salud supone la cal? ¿Qué problemas supone para nuestro hogar?
Las aguas duras que salen del grifo de nuestros hogares tienen un mal sabor, incluso llegan a secarnos la boca cuando las bebemos o transmitir un mal sabor a nuestros alimentos. Si eres de esas personas que vive en zonas donde el agua es dura, sabrás perfectamente de qué estamos hablando… pero el problema de la cal en el agua no ahonda exclusivamente en el sabor, sino que va mucho más allá, llegando a generar grandes costes en nuestros hogares y problemas para la salud.
En muchísimos hogares de España, la cal hace que sencillos gestos como llenar una bañera pueda convertirse en una tediosa tarea por la falta de presión en las tuberías y nos veamos obligados a cambiar o desincrustar atomizadores para mitigar su efecto.
La cocina y los baños con sus mamparas, azulejos y otras superficies cromadas son los principales afectados por la cal, la cual provoca que la limpieza sea un acto incómodo y desmerecido, restando brillo y dejando un aspecto desgastado en el mobiliario de nuestro hogar.
Incluso, existen lugares con concentraciones tan altas que los detergentes y otros productos de limpieza resultan poco eficaces, significando un aumento en el gasto económico y de nuestro propio tiempo para no no obtener los resultados esperados en el lavado de nuestra ropa, cristalería, cubertería etc.
Pero, si podemos ver los efectos de la cal con nuestra propia vista, ¿Qué sucede con lo que el ojo humano no es capaz de ver?
De la misma forma en la que la cal cubre nuestros grifos y mamparas, lo hace con nuestra caldera, nuestra lavadora y nuestro lavavajillas, produciendo en estos una reducción de su eficiencia energética y acortando su vida útil. De nuevo, un impacto económico.
De promedio, el agua dura contiene unos 300 mg de minerales disueltos por litro, de manera que una familia media española de cuatro personas podría acumular hasta 70 kg de cal en un año en sus tuberías.
Para que nos hagamos una idea, una cobertura de 1,6mm de cal puede disminuir la eficacia de la caldera en hasta un 12%, lo que llegaría a significar hasta una pérdida de 6.000 euros anuales en valor energético. Estas investigaciones confirman que en los lugares de España dónde el agua es moderadamente dura, una cubierta de 6mm de cal puede formarse en nuestras tuberías en tan solo 2 años, significando una reducción de la eficiencia energética del 40%.
Con el tiempo los problemas de la cal se suelen agravar y desembocan en que muchas personas no consuman el agua que sale de sus grifos por su mal sabor u otros motivos. En cuanto a los efectos en la salud, debe quedar claro que la presencia de cantidades controladas de cal en el agua, aportan calcio y magnesio, minerales necesarios para nuestro organismo. Pero, si hablamos de grandes concentraciones de estos minerales, el agua puede llegar a ser perjudicial para nuestra salud en general; en ámbitos de ingesta, puede llegar a provocar problemas renales, y por sus propiedades elementales son capaces arrastrar y reaccionar con otras sustancias o contaminantes durante su recorrido..
En ámbitos de higiene, la cal genera cabellos resecos, pérdida de brillo, o pieles secas y picores. La realidad es que nos encontramos frente a un aumento de casos de pieles atópicas y otros problemas de piel, sobre todo, en los más pequeños, lo cual se traduce en costosos y longevos tratamientos dermatológicos, que mantienen nuestra piel y cabellos hidratados y cuidados.
La respuesta de los ayuntamientos al respecto suele ser, «que el agua es apta para el consumo» dejando a los ciudadanos solos ante estas problemáticas.
¿Existen maneras de eliminar la cal? ¿Qué tipos de descalcificadores existen?
Existen en la actualidad diferentes maneras de combatir la cal, su efectividad y precio es muy variado. En función de la tecnología que utilizan se dividen en 5 categorías
- Descalcificadores físicos (desincrustadores): denominados así porque modifican las condiciones físicas del agua. Estos dispositivos crean un campo magnético que parte la molécula de cal en microcristales no incrustantes.
- Descalcificadores electrolíticos: disuelven sustancias en el agua impidiendo estas la formación de depósitos de cal (electrolíticos, polifosfatos, etc…)
- Descalcificadores mecánicos: Más conocidos como descalcificadores de sal, sustituyen los iones de calcio por iones de sodio.
- Descalcificadores mediante filtros: microfiltros los cuales capturan los iones de cal (las membranas de ósmosis inversa son las más conocidas y eficaces)
- Descalcificadores por destilación: se calienta agua y conduce hasta un depósito donde se condensa y vuelve a su estado líquido.
Conclusiones
En función de nuestras preocupaciones y necesidades, la opción más rentable puede variar. Por eso es importante que un agente especializado te asesore a la hora de adquirir cualquier dispositivo.
Si te ha gustado y te ha ayudado el contenido de este artículo dale a me gusta y déjanos un comentario
Si quieres saber más acerca de cómo acabar con los problemas de la cal en tu hogar ponte en contacto y te asesoramos sin compromiso.